domingo, 10 de enero de 2010

ESTRÉS











El estrés es una palabra que define una situación especial, conformada por una diversidad de hechos. Éstas despiertan ansiedad: por ejemplo rendir un exámen, salir con alguien, entrevista laboral, reuniones sociales, hacer un trámite, ir de paseo o un lugar con mucha gente. Su definición sería algo así: "aquella situación en la cual las demandas externa (sociales) o las demandas internas (psicológicas) superan nuestra capacidad de respuesta", lo que provoca una alarma orgánica que actúa sobre los sistemas nervioso, cardiovascular, endócrino e inmunológico, produciendo un desequilibrio psicofísico y la consiguiente aparición de la enfermedad. Probablemente esta misma situación, en forma reiterada, ya no provoque estrés puesto que el organismo adopta soluciones que ya no lleven a este estado. Generalmente se provoca por una situación a la no se tiene conocimiento, y por lo tanto no se sabe su respuesta. Con la experiencia estas ocasiones se van sumando y por lo tanto se va disminuyendo el grado de ansiedad ante una misma situación, lo que evita llegar al estrés.


La ansiedad, en su forma normal, es una sensación displacentera, que se caracteriza por molestias tanto psicológicas (emocionales) como físicas ante una situación dada y que desaparece una vez resuelta la situación que la dispara. Hay que diferenciarla de la ansiedad patológica, que es aquella que no cede cuando la situación está resuelta o cuando la intensidad no es proporcional al hecho que la generó. Medidas para disminuir la ansiedad: 1) reconocer que nuestro cuerpo y mente tiene energía limitada y no exigirle más de la cuenta; 2) Aprender a relajarse (tomar un baño sin apuros, escuchar música de la naturaleza, estar con uno mismo); 3) Planificar, agendar tiempo para descansar, desenchufarse, conectarse consigo y los afectos; 4) divertirse, reirse y estar con amigos; 5) Identificar pensamientos que nos ponen nervioso y situaciones que nos generan ansiedad, para afrontarlas y lograr así superarlas.


El estrés y la filosofía de vida están íntimamente relacionados, si bien el pensamiento es una función natural y espontánea del ser humano, pensar correctamente va a depender de nuestro esfuerzo y dedicación. Establecer nuestra propia escala de valores individuales nos permitirá adquirir seguridad en nosotros mismos. Saber lo que queremos y lo que podemos hacer (objetivos alcanzables y límites racionales) nos brinda firmeza y sensación de control. Sólo hay que pensar en lo elemental. Hay que saber decir "no", pronunciado en forma clara, correcta, cordial y sobre todo sin culpa, puede bajar notablemente nuestro nivel de estrés, tanto en lo laboral, como en lo personal. Lo que no significa un rechazo a quien se lo pide, sino a la tarea propuesta, explicando los motivos de la negativa en forma amable, honesta y directa, sólo se expresa los límites, en relación con nuestro mundo íntimo, a nuestro entorno; este "no", nos dará la fuerza necesaria para resistir más al estrés.


Situaciones que puede causar estrés: irritabilidad, miedo a que algo pase, tensión muscular, estar inquieto, llanto fácil, reaccionar con sobresaltos, no poder esperar, impaciencia, miedos diversos, dificultad para dormir, pesadillas, temores nocturnos, dificultad para concentrarse, mala memoria, no poder disfrutar, cambios de ánimo, dolor de cabeza, rigidez muscular, rechinar dientes, zumbido de oídos, visión borrosa, frío/calor, taquicardia, palpitaciones, opresión de pecho, sensación de ahogo, suspiros, dificultad para respirar, problemas estomacales, digestivos, problemas menstruales, disminución del deseo sexual, temblores, mareos, pestañeo, tics, necesidad de estar todo el tiempo con un amigo, dificultad para prestar atención , facilidad para distraerse, necesidad de hacer algo todo el tiempo.


La sugerencia es observar si se tienen 10 de los ítems mencionados ó más, en ese caso tratar de disminuir la ansiedad y volver a ver en tres semanas, en base a éstos mismos si efectivamente disminuyeron. No dejar de consultar al médico, ya que ésta prodría ser una ansiedad patológica. Pero en la mayoría de los casos, son situaciones que hay que aprender a manejar. Comprendiendo esto, ya se esta en el camino de la recuperación. Muchas veces implica un cambio en el estilo de vida, la recompensa será pues el mejoramiento notable de la calidad de vida, sin duda.